Ricardo Monreal coordinador parlamentario e Morena en el Senado se congratuló de la aprobación de la iniciativa que prohíbe las terapias de conversión al considerar que ésta es una expresión de violencia e intolerancia hacia la diversidad sexual.
En su exposición de motivos a favor de la minuta, Monreal Ávila argumentó que el objetivo de la iniciativa es adoptar los mecanismos normativos más adecuados que permitan erradicar en México cualquier acción que se enfoque a pretender cambiar la orientación sexual de las personas.
“Desde una perspectiva de derechos humanos y de convencionalidad, las y los legisladores federales debemos realizar las acciones legislativas necesarias que contribuyan a proteger y garantizar los derechos humanos de las personas que tiene una orientación sexual, identidad de género o expresión de género diversa; y para tal propósito, el proyecto que nos ocupa pretende erradicar las mal llamadas “terapias de conversión”, afirmó.
Detalló que dicho término se creó en 1991 para hacer referencia a una modalidad psicoterapéutica enfocada a cambiar la orientación homosexual o bisexual por la heterosexual, y que se basa en un enfoque por el que se rechaza la aceptación de la orientación sexual como integrante de la identidad personal.
Por el contrario, abundó, este modelo considera que las personas no heterosexuales no están en condiciones de recibir psicoterapia que facilite la asimilación de su situación actual y canalice la integración de la identidad sexual individual, ya que se encuentran en una situación que se asimila a una “enfermedad” y por ello no se justifica una protección legal en su beneficio, sino que lo que requiere es un “tratamiento” para “reparar” el daño producido en el desarrollo psicosexual, “cambiando” la orientación sexual desenfocada.
En este sentido, Monreal Ávila argumentó que los resultados obtenidos en la realización de este tipo de terapias son insuficientes para el propósito que se persigue porque mantienen intacta la orientación o identidad sexual.
Además de que emplean una variedad de estrategias que incluyen desde el condicionamiento aversivo hasta el reforzamiento de las estructuras mentales de culpa-daño lo que da lugar a efectos secundarios o colaterales de mayor gravedad, como agudizamiento de la homofobia internalizada existente, interrupción del desarrollo de una identidad sexual integrada, recrudecimiento de síntomas de depresión y ansiedad.
Las terapias de conversión, indicó, inciden en la afectación del derecho a una vida libre de tortura ya que muchas de las técnicas que se aplican en este tipo de terapias se traducen en dolor físico, en numerosos casos extremos, pero sobre todo en sufrimiento mental.
“Existen numerosos casos en los que las terapias de conversión producen dolor psicológico y sufrimiento, que es profundo y duradero, lo que ha orillado quienes se someten ese tipo de terapias a gestar la idea del suicidio y, en los peores casos, a los intentos de suicidio y al suicidio consumado.
Por ello, este tipo de terapias atentan abiertamente contra el derecho a la vida, entendido este como la posibilidad de que las personas se mantengan libres de actos y omisiones que puedan dar lugar a su muerte no natural o prematura, así como a disfrutar de una vida con dignidad”, consideró.
Finalmente, Ricardo Monreal aseguró que es el momento en que las y los legisladores otorguen a las personas que conforman la comunidad LGBTTTIQ+ el andamiaje jurídico adecuado que les permita hacer realidad un reclamo justo y necesario para que estén en condiciones de entender y comprender la realidad en la que se desenvuelven.
“Ya que no buscan redefinir su orientación sexual, sino darle un reconocimiento y sentido”, puntualizó.