La Unión Europea (UE) condenó este sábado el bombardeo que causó desperfectos en una sede del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en Gaza este viernes, durante dos ataques israelíes en una zona cercana a sus oficinas, y que dejaron al menos 25 civiles palestinos muertos y 50 heridos, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, controlado por Hamás.
El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, reclamó una investigación independiente y subrayó que los responsables de los ataques «deberán rendir cuentas», según dijo en un mensaje difundido a través de la red social X.
«La protección de los civiles es una obligación en virtud de los Convenios de Ginebra. Todas las partes en conflicto están obligadas a ello», aseveró Borrell.
El jefe de la diplomacia europea afirmó que el CICR debe poder desarrollar «en condiciones de seguridad» todas sus labores, que están amparadas por los Convenios de Ginebra, y que, según Borrell, incluyen la protección humanitaria, la asistencia a las víctimas y el acceso a los prisioneros.
Los ataques que dañaron las oficinas del CICR en Gaza iban dirigidos, según el Ministerio de Sanidad de la Franja, contra las tiendas de desplazados que rodean la sede de este organismo en el área humanitaria de Al Mawasi, al noroeste de la ciudad de Rafah, y el incidente fue denunciado anoche por la propia institución.
«La oficina del CICR, rodeada por cientos de civiles desplazados que viven en tiendas de campaña, resultó dañada por los bombardeos cercanos en Gaza. Disparar tan peligrosamente cerca de estructuras humanitarias pone en riesgo la vida de civiles y trabajadores humanitarios», dijo anoche el Comité Internacional de la Cruz Roja en un comunicado.
El Ejército de Israel, tras una investigación preliminar, dijo no tener indicios de haber disparado en Al Mawasi y aseguró estar investigando el incidente.
Desde el inicio de la guerra, hace 261 días, más de 37 mil 400 palestinos han muerto y otros 85 mil 600 han sido heridos, según el Ministerio de Sanidad del Gobierno de Hamás, mientras que decenas de familias palestinas han sido completamente aniquiladas, tras la muerte de más de medio centenar de sus miembros.