El pleito suscitado el sábado pasado en la Casa del Pastor, en la avenida Masaryk, colonia Polanco, no tiene ningún tinte de discriminación y los involucrados reiteraron su respeto irrestricto a la diversidad sexual, informó su abogado Israel Vargas.
Su actuación en los hechos, ocurridos en dicho establecimiento, no es reflejo de una conducta excluyente ni discriminatoria, y fue en defensa de un acoso al grupo de jóvenes involucrados, algunos de 17 años, que se espantaron ante las insinuaciones sexuales, según narró un mesero, testigo presencial de los hechos, y quién atendía la mesa de los ahora acusados.
La mayoría no superan los 20 años, y respondieron en función de hacer valer el respeto a su persona y no para agredir a nadie de la comunidad gay.
«El exigir respeto a quien no coincide con preferencias sexuales igualitarias, no debe interpretarse como un acto discriminatorio, y el desencuentro que derivó en una riña fue ocasionado por la falta de comunicación y respeto a los menores de edad que departían tranquilamente», narró el abogado..
Y sostuvo que están convencidos de que esto no tuvo que suceder y esperan llegar a un acuerdo conciliatorio, con los adultos que se dijeron agredidos y discriminados.
«Están en la mejor disposición de colaborar con la autoridad competente, para aclarar los hechos, y dejó en claro que los acontecimientos se irán esclareciendo con el avance de la investigación y las declaraciones de los testigos y otras pruebas», narró.
El mesero que atendió a los jóvenes señalados, y testigo de presencial de los hechos, señaló que nunca hubo una agresión por homofobia.
Aseguró que la riña «se inició cuando una de los dos adultos, que señalan que los agredieron, acosaron a los jóvenes que están en una mesa en terraza. Los jóvenes respondieron a la agresión, pero tampoco le rompieron el pie a los supuestos agredidos», aseguró Orlando Hernández.