En esto se parecen la Reina Isabel II y la diputada Garci-Crespo

 

Toda persona con un poco de poder es un dictador en potencia

La fallecida Reina Isabel fue respetada por su alto rango de poder, por su influencia y relevancia mundial. Su reciente muerte pareciera influir drásticamente en el orden mundial. Su imagen fue venerada y admirada por millones, y repudiada por otros tantos.

El poder de la mujer le otorgó un puesto privilegiado en la dinámica mundial, y como todo monarca, en ella se encerraba una pequeña dictadora, que tuvo momentos polémicos y muestras de gran soberbia. En estos días se filtró en redes sociales un video donde se observa a la Reina aventando comida, alimentando, a niños negros que, por lo que se ve, eran esclavos. Las escalofriantes imágenes estremecen a cualquiera. Aunque la esclavitud fue un suceso terrible de la historia humana, ese dejo de aparente “benevolencia”, real, es muy cuestionado, y a toda escala, esos privilegios de clase siguen siendo cuestionados.

En México la clase gobernante pareciera seguir teniendo esos privilegios de clase que el presidente Andrés Manuel López Obrador tanto ha criticado pero que los funcionarios de su mismo gabinete siguen replicando. El claro ejemplo de ese abuso de poder y esos privilegios exagerados, están muy bien dibujados en la presidenta de Morena Puebla, Olga Lucía Romero Garci-Crespo, o Mónica Caballero Garci-Crespo. La actitud de la Reina al alimentar a quienes estaban “por debajo” de ella; y la actitud de la Garci-Crespo de sentirse por encima de la ley y evadir sus delitos, amparada en su fuero político, en esencia son el mismo abuso de poder.  Por eso la funcionaria poblana se siente la reina de su estado y sigue en el blanco de las críticas de la opinión pública, como lo está Isabel II, tras su muerte.