El espíritu beligerante del PAN recurre a argumentos sucios para recuperar un poco de poder
Hoy 21 de septiembre conmemoramos el Día Internacional de la Paz, cosa que entre la lucha partidista, termina por olvidarse, el PAN pelea por una aparente justicia, la justicia según los blanquiazules, y dejan de lado el espíritu de paz que tanta falta le hace a México.
El gobernador electo, Américo Villarreal Anaya ganó legalmente las elecciones, con una amplia ventaja y; lo más importante, goza del apoyo y la simpatía de sus electores. Quizá esa empatía y aprobación de la gente jamás ha sido el fuerte de Acción Nacional. Villareal se impuso frente al panista César “Truko” Verástegui, de la alianza “Va Por Tamaulipas”, quien se quedó con el 44.2 por ciento de los votos. Se estima que sufragaron más de 1 millón 400 mil personas en un clima de paz y sin incidentes.
El blanquiazul argumenta que el crimen organizado coaccionó a los tamaulipecos para que votaran sólo en favor del morenista. Los panistas levantaron una demanda ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación buscando anular los contundentes resultados de la elección. Además, vinculan directamente al gobernador electo con líderes del crimen organizado, cuestión que el mismo morenista ha rechazado categóricamente. El PAN intenta desacreditar al gobernador electo de Tamaulipas declarando que el Villarreal se reunió con miembros del crimen organizado y afirmando que las elecciones estarían financiadas con recursos provenientes del narcotráfico. Los derechistas buscan dejar a Villarreal en ridículo, aventar la piedra y esconder la mano.
Cabe recordar, desde el mes de abril, el Partido Acción Nacional ya había sido sancionado por el Instituto Nacional Electoral por ligar al entonces senador Villarreal con el crimen organizado, sin sustento alguno. El INE ordenó al PAN retirar spots publicitarios que estaban basados en calumnias. Se dice además que el panista Cabeza de Vaca, gobernador saliente del PAN, estuvo tan implicado con el crimen organizado, que casi pierde su fuero político. Antes de su salida, Cabeza de Vaca busca desviar la atención y “aventarle la bolita” a Villarreal Anaya.