PORTAFOLIOS/ Lo que nadie dice del historial crediticio

Por Julio César Briseño Cruz, CEO de Cénit, consultoría empresarial y banca de desarrollo

El carrito de compra puede ser un expediente financiero fidedigno y multiplicar la inclusión financiera.

Muchos soñamos con esto:

_ ¿No tiene historial crediticio? No hay problema.

Hoy un nuevo tipo de puntaje analiza los comportamientos de compra y los pagos de servicios públicos de las personas para determinar su elegibilidad para préstamos y tarjetas de crédito.

Existe una nueva forma de evaluar la solvencia de las personas que no tienen un historial crediticio estándar: un puntaje crediticio alternativo que desarrollaron en función de las compras de las personas.

Los cigarrillos, el atún enlatado y la mortadela levantan banderas rojas. Pero los aderezos para ensaladas, leche y vinagre sugieren responsabilidad fiscal.

Si. El comportamiento de compra de las personas en las tiendas de comestibles se correlacionaba con el pago de las facturas de las tarjetas de crédito», dice Eric Anderson, profesor de marketing en la Escuela Kellogg.

Descubrió que las personas que compraban alimentos que formaban la base de las comidas caseras, como frijoles y leche, tienen menos probabilidades de incumplir con los pagos de sus tarjetas de crédito. Y que aquellos que ejercieron disciplina al comprar en un horario constante, que se apegan a un presupuesto y compran artículos en oferta, también tienen más probabilidades de pagar su tarjeta de crédito a tiempo.

Así, el comportamiento de compra de las personas en cinco sectores minoristas, incluidos los comestibles, podría usarse para crear un puntaje crediticio alternativo para aquellos que no tienen un historial crediticio formal.

Los historiales de compra pueden ser como una ventana que brinda a los prestamistas una mejor visión de la confiabilidad financiera real de las personas. Esta información adicional podría ayudar a los prestamistas a sentirse más cómodos al otorgar crédito a los 1.400 millones de personas en todo el mundo que carecen de acceso a servicios financieros.

Estudiar la solvencia de las personas que no tienen un historial crediticio formal crea un problema “del huevo y la gallina”. No tienen un historial crediticio porque rara vez obtienen préstamos, pero para obtener un préstamo, necesitan un historial crediticio.

Uno de los principales problemas con los que nos encontramos es que las personas que tradicionalmente no obtienen préstamos pueden ser diferentes en aspectos importantes de la población que sí obtiene préstamos. Las predicciones sobre su comportamiento no son tan buenas porque simplemente no están representadas en los datos.

En la investigación de Kellogg se sorteó este desafío al recopilar y comparar información de varios conjuntos de datos distintos.

Una de las conclusiones que se empleó en este estudio, fue que las poblaciones sin historial crediticio pueden generar la misma cantidad de ingresos que otros clientes, pero a menudo no es tan consistente. Esto puede llevar a postergar pagos.

Entonces, si las empresas son simplemente punitivas y cortan el crédito después del primer pago atrasado, esa puede no ser una estrategia efectiva a largo plazo. Sin embargo, prestar a personas «no bancarizadas» presenta una oportunidad para ganar más dinero y mejorar el bienestar financiero de la sociedad. Pero claro: el riesgo es alto.

¿Y quién decide qué hábito es más virtuoso?

 

 

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